SONETO PARA EL CRIMEN DEL AGUAUCHO
Fueron tres los pecados cometidos
por estas niñas que están en mi memoria,
no es justo merecer este castigo
por ser pobres, mujer y transgresoras.
Todo lo sucedido se quedo en el olvido
y el miedo silenció todas las bocas
solas permanecieron en este mar de trigo
abandonadas sin nadie que les llora.
Maldita fue el final de aquella historia.
Ellas no cometieron más delito
que vivir entre el odio y las pistolas.
Maldita sea la guerra y su victoria
cuando persigue muertes sin sentido,
cuando cortaron estas rosas rojas.
MANUEL MORENO FLORES
0 comentarios